miércoles, 18 de marzo de 2009

Patrón de los acólitos






SAN TARSICIO, mártir (+258) Patrono de los Acólitos.

Su fiesta se celebra el 13 de Agosto.
San Tarsicio es el Patrono de los Acólito algo se le conoce como el Mártir de la Eucaristía.Recordemos un poco de su vida: San Tarcisio era un acólito o ayudante de los sacerdotes en Roma, cuando Valeriano era un emperador duro y sanguinario. Se había convencido de que los cristianos eran los enemigos del Imperio y había que acabar con ellos. Los cristianos para poder celebrar sus cultos se veían obligados a esconderse en las catacumbas o cementerios de Roma.
Era frecuente la trágica escena de que mientras estaban celebrando la Eucaristía llegaban los soldados, los cogían de improviso, y los mataban allí mismo. Todos confesaban la fe en nuestro Señor Jesucristo. El pequeño Tarsicio también era testigo de éstos hechos en la catacumba. La imagen macabra quedó grabada fuertemente en su alma de niño y se decidió a seguir la suerte de los mayores cuando le tocase la hora, que “ojalá”, decía él, fuera "ahora mismo".Un día estaban celebrando la Eucaristía en las Catacumbas de San Calixto. El Papa Sixto se acuerda de los otros encarcelados que no tienen sacerdote y no pueden fortalecer su espíritu para estar fuertes, si no reciben el Cuerpo del Señor. Papa preguntó: ¿quién será esa mano generosa que se ofrezca para llevarles el Cuerpo del Señor? Son montones las manos que se alargan de ancianos venerables, jóvenes y también. Uno de estos tiernos niños es Tarsicio. Ante tanta inocencia y ternura exclama lleno de emoción el:
Papa Sixto: " ¿Tú también, hijo mío?"
Tarsicio. Y le dice: ¿Y por qué no, Padre?
Tarsicio. Nadie sospechará de mis pocos años.
Ante el niño, Papa no duda. Toma con mano temblorosa las Sagradas formas y en un relicario, las coloca con gran devoción a la ves, las entrega al pequeño Tarsicio de apenas once años, con esta recomendación:
Papa Sixto. "Cuídalas bien, hijo mío".
Tarsicio. -"Si Padre, nadie tocará, porque antes pasarán por mi cadáver".
Sale alegre y presto de las catacumbas y poco después se encuentra con unos muchachos de su edad que estaban jugando:
Muchachos."Hola, Tarsicio, juega con nosotros. Necesitamos un compañero".
Tarsicio. - "No, no puedo. Otra vez será".
Dijo mientras apretaba sus manos con fervor sobre su pecho. Y uno de aquellos muchachos dice:
Muchachos. "A ver, a ver. ¿Qué llevas ahí escondido?".
Lo derriban a tierra, poniendo en su pecho los muchachos sus pies con el fin de hacer fuerza de palanca para abrirle sus bracitos y arrebatarle las Sagradas Formas, le tiran pedradas, y Tarsicio no solo puso resistencia sino que Dios hizo el milagro de que quedasen sus brazos fuertemente cerrados de forma que no pudieron abrirlos jamás (ni siquiera después de muerto) siguen dándole pedradas, y va derramando su sangre. Todo inútil.
Aparece un soldado cristiano que está a punto de bautizarse y que por eso conoce a Tarsicio. Los niños huyen corriendo mientras Tarsicio, llevado a hombros en agonía por el soldado Cuadrado, llega hasta las Catacumbas de San Calixto. Al llegar, ya no respiraba.